domingo, 27 de enero de 2019

Instantáneas de la vida.



Suponía iba a ser fácil escribir sobre emociones, sensaciones y sentimientos. Descubrí al comenzar que resulta más complejo de lo imaginado.


¿Cómo describir la repercusión de las palabras que dije por primera vez en la consulta medica ... " tengo cáncer" ? Rotundo, sin lugar a duda, la ciencia lo había demostrado. 

No recuerdo bien que sentí, creo que nada, no tenia capacidad para sentir, todo fue rápido, instantáneo, una de esas instantáneas de la vida que en el mejor de los casos dejan cicatrices, en otros aún no lo sabía. Nada sabía, nada, solo esa palabra que estremeció mi ser. Eso creo. Me estremecí. 


Lo primero que hice fue respirar profundo, llenarme de oxígeno, buscar la tranquilidad que se precisa para no salir de cauce y llevar todo al mejor de los puertos. Que tampoco sabía cuál era. El de un azul luminoso o el de las oscuridades del abismo.


Traté de ordenar ideas, pensamientos, ningún motivo para creer que algo así crecía dentro de mi. Quizá si lo hubo, no lo detecté con atención. No lo sé.


Situaciones que no se esperan pueden ocurrir en la vida, esta ocurrió justamente en la mía.
Escuché el protocolo inicial para estos casos, continuaba haciendo lo único que tenía a mano, respiración profunda, pues me serenaba, en ese serenar lloré, pensé en mi madre, desde algún lugar estaba allí conmigo. No me alcanzaba quería más, en este instante y en este tiempo. Luego con el correr de los días, algo más "calma" agradecí que así fuera su acompañamiento, desde ese otro espacio tiempo.


Fueron días relámpago, pocos, rápidos, breves, el tiempo, un factor determinante, era escaso. Necesitaba actuar, con diligencia, sin distracciones. Sabía que aún no quería cruzar la ola, quería permanecer un tiempo largo, no podía irme dejando lo por hacer. Mas si la jugada final fuera el final mismo en este cuerpo busqué dentro de mi la serenidad de un buen partir. Quedar en Paz y lista para el ascenso si fuera el siguiente puerto tras cruzar la ola. Y la ola no llegó, por lo menos para mi, otra suerte corrieron mis compañeros en esa noche de grandes oleajes. No nos atravesamos, la ola y yo nos miramos, frente a frente. Se detuvo en la media luz de la madrugada en un cuarto de hospital. 


Hoy me recupero, una nueva operación me espera, no por lo mismo sino a consecuencia de, lleva su tiempo, también tiene su camino, una nueva luz, una oportunidad y nuevos miedos. Una y otra vez, el Agradecimiento siempre presente. A todos, a cada uno, desde distintos lugares, formas y momentos.



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