Para avanzar en la concreción de un proyecto y darle una dirección coherente habrás de poner atención al juego de las prioridades.
Ordenarlas. No se trata del tiempo que le destines, sino de la importancia que le das a ciertas cosas. ¿Qué es lo importante para ti?
Establecer cuáles son las situaciones más relevantes en lo cotidiano. Priorizar lo fundamental para que todo marche bien, luego lo secundario. Con resaltar dos o tres prioridades bastará para iniciar este camino de coherencia en el proyecto propuesto.
Todo lleva un equilibrio. Atender a lo más importante no debe significar dejar de lado todo lo demás, pues esto resultaría un desbalance en la situación cotidiana, de tal manera, que finalmente, no logres concretar lo importante por ello.
Las cosas deben ir en conjunto no aisladamente. Establecer prioridades y llevar la actividad en proporción adecuada es un avance evidente en dirección a la coherencia.
Tampoco debes confundir las cosas secundarias con las primarias, es decir, si dices que ésta es tu prioridad, lo fundamental, no puedes desviarte y perder ese centro yendo en la dirección contraria porque te distrajo una multitud en medio de la acera, te sumaste al baile o te indignaste porque ocuparon mucho espacio de tu camino. No debes olvidarte de lo prioritario, y dejarte arrastrar por la compulsión de quedarse o enojarse.
Es de gran importancia que puedas ordenar las prioridades, eso que sientes profundamente estas buscando y tiene que ver con el sentido que le das a tu vida.
Es de gran importancia que puedas ordenar las prioridades, eso que sientes profundamente estas buscando y tiene que ver con el sentido que le das a tu vida.
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