Cuando una persona padece un cambio emotivo brusco, se alteran las funciones normales del organismo, entre las cuales la respiración, se acelera, se entrecorta, entre otras variables.
Aprender a controlar la respiración en esos momentos, es tan importante como mantener una buena postura corporal. Conocer el ritmo respiratorio y controlarlo otorgará un mejor manejo en determinadas situaciones que puedan provocar alteración, perdiendo dominio sobre sí.
De modo que, tanto la posición del cuerpo como la respiración adecuada, permitirá producir un significativo cambio en el estado de ánimo al padecer una circunstancia desfavorable.
En post anteriores, muchas veces he hecho mención a atender a la respiración, que esta sea amplia y profunda.
Ahora aprenderemos a realizar la respiración completa, tan beneficiosa para la vida cotidiana.
Sentados en posición correcta, cerrar los ojos y aflojar los músculos. Expulsar todo el aire. Luego se expande la barriga, en esa postura se comienza a aspirar aire, con la sensación de estar llenando la barriga. Conservar el aire unos instantes y expulsar. A este tipo de respiración se la llama respiración baja.
Una vez ejercitada esta forma, pasar de la respiración baja a entrar el vientre y empujar un poco los hombros hacia atrás. Se tendrá la sensación de que el aire sube al pecho. Conservar el aire unos instantes, luego exhalar. A esta parte del ejercicio se le llama respiración media.
Por ultimo, desde el vientre hasta el pecho, desde allí hacia la parte alta del mismo y la garganta (esto se refuerza bajando los hombros y estirando levemente el cuello). Esta parte se la llama respiración alta.
Practica ... Practica
hasta comprobar los beneficios que trae respirar bien.
Luego decides si optas por esta forma respiratoria
como ejercicio diario o cuando necesites equilibrar el
estado corporal y mental.
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